Cuando se planifica un proyecto inmobiliario o industrial, uno de los pasos previos es la demolición de las estructuras existentes.
Este paso es clave, ya que puede incrementar significativamente el valor del terreno y facilitar el desarrollo de nuevas construcciones.
Si te gustaría obtener más información sobre la valorización de terrenos para nuevos proyectos, te lo contamos todo a continuación.
Preparación del terreno y optimización del espacio
Derribar edificaciones antiguas o en mal estado permite disponer de un terreno completamente limpio y preparado para nuevas construcciones. Esto mejora la percepción de inversores y compradores, y optimiza la distribución del espacio.
Cumplimiento normativo y seguridad
La demolición regulada garantiza que se cumplan todas las normativas urbanísticas y de seguridad, lo que evita problemas legales que puedan retrasar o encarecer futuros proyectos.
Gestión eficiente de los residuos
En anteriores posts te comentábamos que el manejo correcto de los residuos de construcción y demolición contribuye a la sostenibilidad del proyecto, y, además, evita sanciones.
Impacto en la percepción del mercado
Un terreno vacío, en el que ya se ha llevado a cabo una demolición controlada, transmite profesionalidad y confianza a compradores, promotores e inversores, ya que el terreno está listo para su desarrollo.
Por todo esto, realizar una demolición de manera profesional garantiza la seguridad y el cumplimiento normativo, y, además, se convierte en una herramienta estratégica para incrementar la valorización del terreno y llevar a cabo en él proyectos más rentables y sostenibles.
¿Cuál es la parte negativa?
- Contaminación ambiental. Muchas empresas llevan a cabo un mal manejo de los residuos de construcción y demolición, que deben depositarse en vertederos autorizados.
- Riesgos para la salud. Durante la demolición, se liberan partículas de todo tipo: polvo, suciedad… que pueden resultar dañinas para las personas y hábitats cercanos.
- Deterioro paisajístico. Durante un derribo, es normal que exista una acumulación de escombros y residuos que crean un impacto visual negativo.
En definitiva, la demolición es un paso necesario y estratégico para potenciar la valorización de un terreno y abrir paso a proyectos más seguros, rentables y sostenibles. Aunque existen desafíos ambientales y de salud que deben gestionarse con responsabilidad, llevar a cabo este proceso de forma profesional marca la diferencia entre un terreno problemático y una oportunidad de inversión sólida.
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