Derribos selectivos: cuándo y por qué elegir esta opción en tu proyecto

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Cuando hablamos de demolición, no todas las intervenciones tienen que suponer “tirar abajo” todo un edificio.

A veces, la opción más eficiente y sostenible es acudir a la demolición selectiva. En Derribos Sánchez sabemos que cada proyecto tiene su singularidad: estructuras contiguas, entornos sensibles, normativa medioambiental, reutilización de materiales… Por eso, conviene plantearse la demolición selectiva como una alternativa cuando los condicionantes lo requieren.

¿Qué entendemos por demolición selectiva?

La demolición selectiva —también llamada “deconstrucción” en algunos contextos— consiste en desmontar o demoler de forma parcial una construcción, retirando solo aquellos elementos que ya no sirven, que están dañados, o que impiden una futura reutilización, en lugar de realizar una demolición íntegra.

Esto permite, al mismo tiempo, salvaguardar partes de la estructura existente, minimizar el impacto en el entorno, y facilitar la correcta clasificación y reutilización de los materiales.

¿Cuándo tiene sentido optar por esta opción?

Aquí algunos escenarios en los que la demolición selectiva se convierte en la mejor alternativa:

  • Cuando el edificio está en un entorno urbano estrecho, con construcciones colindantes que deben protegerse: la demolición tradicional tendría riesgos elevados de afectación.
  • Cuando parte de la estructura es viable para conservar (por ejemplo, elementos portantes, fachadas, tabiquería), o existe intención de rehabilitar o adaptar la edificación.
  • Cuando el proyecto requiere una alta tasa de recuperación de materiales —como madera, metales, hormigón reciclado— y se desea implementar criterios de economía circular. En nuestra empresa, la gestión de residuos y el reciclaje forman parte integral del proceso.
  • Cuando se busca reducir generación de escombros, controlar vibraciones, polvo y ruidos —aspectos clave en entornos sensibles o con normativa estricta.

¿Por qué elegir la demolición selectiva?

Eficiencia económica y medioambiental

Al retirar solo lo que es necesario y separar los materiales desde el principio, la demolición selectiva permite una mejor gestión de residuos, mayor reciclaje y menores costes de transporte o eliminación de escombros.

Y al reutilizar o valorar materiales recuperados, se impulsa la sostenibilidad del proyecto.

Reducción de impactos en el entorno

Menos vibraciones, menor volumen de caída de escombros, menos molestia para vecinos o para la actividad urbana: factores que en la demolición estándar pueden suponer un problema.

Esto facilita el cumplimiento de la normativa, así como un proceso más «amigo» del entorno.

Flexibilidad de proyecto

La demolición selectiva permite conservar elementos con valor (arquitectónico, estructural, patrimonial) y al mismo tiempo intervenir donde sea necesario. Esto abre la puerta a adaptaciones, reformas o ampliaciones del edificio con menos coste y menor interrupción.

Buenas prácticas a implementar

  • Realizar un estudio previo detallado: tipología constructiva, materiales, estado de la estructura, riesgos, accesos.
  • Planificar la clasificación de residuos desde el arranque: madera, metales, hormigón, elementos peligrosos como amianto. En Derribos Sánchez lo tenemos integrado en nuestro proceso.
  • Utilizar maquinaria y técnicas adaptadas para la precisión: sierras, martillos hidráulicos, pinzas de demolición, etc.
  • Coordinar con el promotor, arquitecto y empresa de gestión de residuos para que la demolición selectiva sea parte del proyecto de regeneración o reutilización final.
  • Vigilar siempre la normativa de seguridad laboral, protección del entorno y gestión de residuos.

Si tu proyecto contempla conservación parcial, entorno urbano sensible o requiere máxima responsabilidad en el tratamiento de residuos, apuesta por la demolición selectiva: merece la pena. Llámanos al  986 452 200 o al 635 904 715.

 

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